«Siempre estoy dispuesto a hundirme en el mundo del autor. Llevarme adonde me lleve, simplemente me sumerjo en su mundo como quien se tira de cabeza al río. El entrar en una obra tiene algo de mágico: se cruzan fronteras extrañas y, sin embargo, uno permanece en el mismo sitio. Yo encontré en los libros mucha gente y muchos países que jamás esperaba conocer». Es parte de un texto inédito del escritor Juan Rulfo en «Ladridos, astros y agonías» de Víctor Jiménez. Lo publica Mónica Mateos-Vega en «La Jornada».